5 de diciembre Día internacional del suelo
- Herminia Vicario
- 11 dic 2020
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 12 ene 2021


En el siglo XVI, Leonardo Da Vinci aseguró que se sabía más sobre el movimiento de los cuerpos celestes que sobre el suelo bajo los pies. En el siglo XXI y a pesar del tiempo transcurrido desde esta afirmación, la importancia del suelo como recurso natural todavía sigue siendo una materia desconocida para gran parte de la sociedad.

El Día Mundial del Suelo se celebra anualmente cada 5 de diciembre. Se originó en un foro colaborativo surgido ante la necesidad de compartir experiencias sostenibles para recuperar un suelo que antes se pensaba que era un recurso infinito.
Este año la campaña "Mantengamos vivo el suelo, protejamos la biodiversidad del suelo" pretende concienciar sobre la importancia de mantener ecosistemas saludables que garanticen el bienestar humano con una gestión eficiente del terreno. Si no se actúa pronto contra la pérdida de la biodiversidad del suelo, la Tierra perderá suelo fértil, lo que amenazaría la seguridad alimentaria.
Los suelos son una de las principales reservas mundiales de biodiversidad y albergan más del 25 % de la diversidad biológica del planeta. Estos microorganismos nos alimentan, nos protegen del cambio climático y hasta de las enfermedades.
Los organismos del suelo desempeñan una función esencial para impulsar la producción de alimentos, mejorar las dietas nutritivas, preservar la salud humana, recuperar los lugares contaminados y combatir el cambio climático, pero su contribución permanece en su mayor parte subestimada, señala un nuevo informe publicado este sábado 5 de diciembre de 2020 por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Según el informe, el uso excesivo e indebido de productos químicos agrícolas sigue siendo uno de los principales factores de pérdida de biodiversidad y, por tanto, reduce su potencial para lograr una agricultura sostenible y una mayor seguridad alimentaria.
El suelo ha sido considerado durante siglos un mero receptor de residuos y vertidos, un mero soporte para las actividades humanas. Esta desidia, junto con el desconocimiento del papel que desempeña en los ecosistemas, ha comprometido en ocasiones su capacidad para proporcionar alimento, agua o cobijo.
El Dr. Charles E. Kellogg, jefe del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), afirmó que «esencialmente, toda la vida depende del suelo. No puede haber vida sin suelo y no hay suelo sin vida; han evolucionado juntos». Y garantizar que esta evolución se desarrolla dentro de los cauces de la conservación y la sostenibilidad permitirá que las generaciones futuras también satisfagan sus necesidades.
Bibliografía
Herminia Vicario
Profesora de Educación y Control Ambiental
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